Mientras por competir con tu cabello.
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio, y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no solo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

Mien-tras- por- com-pe-tir- con- tu- ca-be-llo. -ello 11 A
o-ro- bru-ñi-do al- sol- re-lum-bra en- va-no; -ano 11 B
mien-tras- con- me-nos-pre-cio en- me-dio el- lla-no -ano 11 B
mi-ra- tu- blan-ca- fren-te el- li-lio -be-llo; -ello 11 A

mien-tras- a -ca-da- la-bio,- por- co-ge-llo, -ello 11 A
si-guen- más- o-jos- que al- cla-vel- tem-pra-no, -ano 11 B
y- mien-tras- tri-un-fa -con -des-dén- lo-za-no -ano 11 B
del- lu-cien-te- cris-tal- tu- gen-til- cue-llo; -ello 11 A

go-za- cue-llo-, ca-be-llo,- la-bio, y- fren-te, -ente 11 C
an-tes- que- lo- que- fue en- tu e-dad -do-ra-da -ada 11 D
o-ro-, li-lio-, cla-vel,- cris-tal- lu-cien-te, -ente 11 C

no- so-lo en -pla-ta o -ví-o-la- tron-ca-da -ada 11 D
se- vuel-va,- mas- tú- y e-llo- jun-ta-men-te -ente 11 C
en -tie-rra, en- hu-mo, en- pol-vo, en- som-bra, en- na-da. -ada 11 D

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

LOCALIZACIÓN

El poema que vamos a comentar es el conocido soneto “Mientras por competir con tu cabello” de Luis de Góngora y Argote (1561-1627), que podemos incluir dentro de la poesía moral. Se trata de un poema de juventud, escrito por nuestro gran poeta en 1582, por lo que es previo a su fase culterana, que se suele situar a partir de 1610, tras el poema “A la toma de Larache”.

METRICA

Se trata de un soneto formado por dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos con rima consonante, cuya estructura es ABBA ABBA CDC DCD; es decir, tiene los tercetos encadenados.

EXPLICACIÓN DEL CONTENIDO

La voz poética, en actitud apostrófica, se dirige a una dama para alentarla a que aproveche su juventud (“goza cuello, cabello, labio, y frente”) antes de que la vejez y la muerte acaben con ella.

En la primera parte, que ocupa los dos primeros cuartetos, la voz poética describe en el presente y de forma idealizada la belleza de la dama (se trata del tópico de la descriptio puellae), insistiendo en que es una situación transitoria mediante el adverbio “mientras”. La voz poética describe la belleza de su pelo rubio, que relumbra más que el sol (“oro bruñido al sol relumbra en vano”); de su piel, más blanca que el lirio (“mira tu blanca frente el lilio bello;”), que es menospreciado por la dama ; de sus labios, que son más codiciados por los ojos que el propio clavel y de su cuello, que es más delicado y precioso que el propio cristal “luciente”.

En la segunda parte, que ocupa los dos tercetos, la voz poética anima a la dama a aprovechar esos dones corporales que hoy posee, antes de que la juventud de paso a la vejez (“no solo en plata o víola troncada / se vuelva”) y a la propia muerte transformando su cuerpo en “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada” desarrollando el tópico del carpe diem.

EXPLICACIÓN DEL TEMA

El tema central de este poema es el tópico latino del “carpe diem” o “aprovecha el día”, según el cual, desde Ausonio y Horacio, se anima a una joven doncella a que aproveche su juventud y su belleza antes de que el tiempo pase. Este tema fue recuperado y difundido durante el Renacimiento, ya que ensalzaba la vida y los placeres carnales humanos por encima de los rezos y la preparación cristiana ante la muerte; es decir, difundía valores antropocéntricos en lugar de teocéntricos.

En este caso, el tema se da de una forma más radical y pesimista que en el Renacimiento; pues, por un lado, se le dice a la mujer directamente que goce de su cuerpo de forma vitalista (“goza cabello…”) y por el otro se la amenaza, no ya con la vejez, sino con la muerte, tras de la cual no hay nada (“en polvo, en humo, en sombra, en nada”), lo que no parece un mensaje cristiano, sino algo descreído.

Otro tema importante es la visión de la mujer que aparece en el soneto. En el Renacimiento la dama era un compendio perfecto de virtudes morales y físicas; sin embargo, en este poema no es así, pues solo se señalan sus virtudes físicas, apareciendo incluso rasgos morales negativos, ya que la dama menosprecia desdeñosamente a los lirios. Esta evolución en la mujer (e incluso el tratamiento de «tú») nos muestra que ya no se trata de una idealizada donna angelicata.

También aparece la naturaleza como tema secundario, por razones aducidas en comentarios anteriores, pues es ya un elemento dominado por el hombre y, por ello, la visión que se da de ella es positiva.

EXPLICACIÓN DE LA FORMA

En comentarios anteriores, hemos indicado que toda la poesía áurea se caracteriza por la dificultad, debido a la inclusión de muchas figuras retóricas en sus textos con la intención de conseguir el llamado “ornato” o adorno de los poemas, con el que los autores alcanzaban reconocimiento. Este proceso se va a intensificar durante el Barroco. Nosotros realizaremos un sencillo y no exhaustivo comentario de la forma, insistiendo solo algunos de los rasgos que nos permiten situar este poema en su época y en la producción de su autor.

El rasgo más sobresaliente de la poesía de Góngora es el empleo de la metáfora, que como sabemos, se basa en la relación de semejanza que se establece en el texto entre un término literario que sustituye a uno real. Tal es así en el texto cuando, como indicamos más arriba, se identifica el cabello con el oro, la blancura de la frente con el lirio, el labio con el clavel y la delicadeza del cuello con el precioso cristal. Se trata siempre de identificar la belleza de la dama con elementos preciosos y delicados de la naturaleza, por lo que se trata de metáforas muy relacionadas hiperbólicas.

Por otro lado, Góngora intentaba crear una neolengua poética que se alejase de la que habitualmente se habla y para ello va a emplear diferentes recursos. En primer lugar, el hipérbaton, que supone la ruptura del orden lineal sintáctico para imitar al latín (“mientras con menosprecio en medio el llano / mira tu blanca frente el lilio bello”). Por otro lado, se hace mediante la introducción de cultismos, palabras procedentes del latín, como es el caso de “humo”, que procede de la voz latina “humus” y que es la tierra más fina y superficial. Este será uno de los rasgos más destacados de la escuela culterana que es perceptible con más claridad en su obra a partir de 1610.

Una figura importante en el poema es la metonimia o sinécdoque, pues se designa una cosa con el nombre de otra con la que existe una relación de inclusión, por lo que puede utilizarse, básicamente, el nombre del todo por la parte o la parte por el todo y así vemos que se exalta al goce del “cuello”, “labio”o “cabello” cuando a quien se quiere alentar es a la dama en su conjunto. De esta forma, el poeta incide sobre los elementos corporales de la misma por encima de los espirituales, lo que nos muestra que la imagen de la mujer ya no es la donna angelicata, sino una mujer más carnal.

También resulta importante la enumeración, que es la figura retórica que consiste en exponer sucesivamente distintas realidades vinculadas entre sí como elementos integrantes de un conjunto, vinculados mediante polisíndeton o asíndeton. Y así vemos aquí el conjunto de elementos corporales que deben gozar: “cabello, cuello, labio y frente”. Estos elementos no siguen el orden con el que habían aparecido en los cuartetos, sino que es otro diferente. Este desorden sería un rasgo barroco, siempre tendente al contraste y la falta de armonía en contraposición con el Renacimiento, siempre buscando la simetría y la armonía.

Y finalmente, señalaremos la gradación, que consiste en acumular palabras o ideas cuyo significado va aumentando o descendiendo por grados, de modo que cada una de ellas expresa algo más o menos que la anterior. Así lo observamos en el último verso, “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.” Mediante esta figura, la voz poética muestra su enorme pesimismo, pues la belleza corporal acabará por convertirse en nada.

CONCLUSIÓN

Para finalizar, podemos ver en este poema un ejemplo de carpe diem, que ya aparecía en otros poemas que hemos analizado (sobre todo en el Soneto XXIII de Garcilaso). En esta creación observamos rasgos muy típicos de Góngora y del propio Barroco, pues el poema trata el tópico con un mayor pesimismo y con un vitalismo carnal alejado de la moralidad contenida del Renacimiento.