Aristóteles decía que había tres potencias del alma: «memoria, voluntad y entendimiento». Esa ha sido siempre para mí la verdad porque la he comprobado miles de veces en mi vida cotidiana en miles de alumnos. El niño que no tiene fuerza de voluntad, pero es muy inteligente; el niño que tiene mucha memoria pero se le dan mal los problemas o la sintaxis; el niño que se esfuerza porque tiene una gran voluntad y va avanzando con dificultades pues no tiene gran memoria ni gran inteligencia; el niño que tiene todo y es una máquina. Tan real como la vida misma, porque esa misma teoría se puede aplicar a todas las personas que conocemos y resulta que nos explica en muchas ocasiones el porqué de su trayectoria vital.

La nueva pedagogía y sus sandeces

Pero hete aquí que desde hace muchísimos años, la pedagogía, compuesta en su inmensa mayoría por personas que no han dado clase jamás, nos dicta normas dogmáticas sobre cómo funciona el aprendizaje y crea modas que todos debemos seguir evitando el aprendizaje real de millones de alumnos. Y esto es grave y un crimen contra la inteligencia. El problema es que estas tonterías nos afectan a todos porque obligan a que los docentes hagamos programaciones absurdas que sufren luego millones de estudiantes.

La entrevista de El Mundo

Hoy se publica una entrevista en El Mundo muy interesante a Marta Ferrero (Bilbao, 1982) profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha participado en una investigación que desmonta los avales a la teoría de las inteligencias múltiples en la escuela. En ella lanza ideas tan claras y brillantes como estas:

La teoría de las inteligencias múltiples no se ha comprobado científicamente

«Esta teoría dice que no existe una sola inteligencia, sino ocho. Se impulsa trabajar las ocho inteligencias; por ejemplo, para aprender Historia hay que diseñar actividades que promuevan la inteligencia matemática, la interpersonal, la corporal… Pero hay un claro consenso científico -y muchos estudios robustos lo demuestran- en que sólo existe una inteligencia.» Los estudios que la comprueban «están mal diseñados y ofrecen resultados numéricos que no son creíbles, con errores en muchos casos elementales. Sorprende que, con esta falta de estudios científicos rigurosos, estén tan extendidas las actividades escolares basadas en esta teoría.»

Las nuevas teorías pedagógicas no se basan en evidencias científicas

«La evidencia científica no se está incorporando a la toma de decisiones escolares. Se están adoptando herramientas sin saber si son o no eficaces. No se evalúa de forma rigurosa lo que se está haciendo, como ocurre en Medicina. «

Sobre los ordenadores y la escuela

«Dar un ordenador a cada niño no mejoró el aprendizaje, sino que lo perjudicó. Un estudio realizado en Cataluña con una muestra amplísima, que siguió a los estudiantes durante varios años, comprobó que en todas las materias evaluadas obtuvieron peores resultados los que trabajaron con los ordenadores.»

Sobre leer en pantallas

Es mejor leer en papel porque las pantallas están llenas de distractores y eso perjudica la comprensión lectora, donde los alumnos españoles no van bien.

Sobre el aprendizaje basado en proyectos

El aprendizaje basado en proyectos «no sirve igual bajo cualquier circunstancia. Un requisito previo para que funcione es que el alumnado tenga unos conocimientos previos sólidos. Por eso los resultados son bastante buenos en la Universidad pero no tanto en Infantil o Primaria. Los estudiantes se lo pasarán bien, pero no adquirirán un aprendizaje duradero y significativo.»

Sobre las emociones y el aprendizaje

Hay mucha concepción errónea sobre el papel de las emociones en el aprendizaje. Y eso puede llevar a prácticas equivocadas. Es impopular decirlo, pero la función principal de la escuela es brindar a los estudiantes la posibilidad de adquirir unos conocimientos que de otra forma no tendrían. Algunos de esos momentos de aprendizaje serán gozosos, pero otros no, y no por eso hay que dejar de hacer el esfuerzo.