Con mis alumnos de preuniversitarios de El Puerto de Santa María (Cádiz, España) intentamos construir un texto argumentativo de entre ciento cincuenta y doscientas palabras, pues son estas las dimensiones que se nos exigen en el examen de ingreso a la universidad que realizarán en junio de 2019. 

Son muy pocas palabras y en este primer ejercicio tratamos de cómo hacerlo acerca de un tema concreto, proponiendo una tesis clara de «sí» o «no» y ofreciendo un argumento central apoyado por una demostración o datos.

La estructura del texto habrá de ser:

  1. Introducción.
  2. Tesis
  3. Argumento central con su demostración.
  4. Contra-argumento y refutación del mismo.
  5. Conclusión, que puede ser la reafirmación en la tesis.

El texto ha de tener cinco párrafos y hacer uso de marcadores argumentativos y metadiscursivos señalados en nuestra explicación de coherencia y cohesión.

Los alumnos entregan sus trabajos realizados en casa. Luego cada alumno entrega su ejercicio a otro compañero que lo corrige en clase y después  valoramos los mismos en esta clase:

Finalmente, aquí van dos modelos de textos posibles.

TEXTO A FAVOR DEL ABORTO

El aborto es un tema candente en la sociedad actual, como demuestra el hecho de que, según la OMS, en el mundo se realizaron durante 2018 56 millones de abortos y se esté discutiendo la legalización del mismo en países como Irlanda o Argentina. 

En mi opinión, es correcto que el aborto sea legal, tal y como ocurre en nuestro país y ello por varias razones.

Lo primero que hay que dejar claro es que hasta la decimocuarta semana el embrión no es un ser humano. El cigoto o embrión desde el primer momento es una célula viva con el genoma humano completo, pero científicamente no es un ser humano. Lo es cuando el sistema nervioso y la corteza cerebral están desarrollados, y es capaz -y está consciente- de percibir estímulos sensoriales. Antes es un organismo multicelular que está vivo, pero no es aún un ser humano.

Podemos añadir a estos argumentos otros relacionados con las gravísimas consecuencias psicológicas que puede acarrear para la mujer y el propio embrión llevar a término embarazos producidos por violaciones, fetos con malformaciones o en los que la vida de embrión y madre puedan correr peligro. En todos estos casos, el aborto debe ser un derecho con más razón si cabe.

Hay muchas personas que se oponen al aborto planteando que se trata de un asesinato, pero no puede ser tal, pues como demostramos antes, el embrión no es un ser humano.

Por tanto, el aborto debe ser legal, pues bajo ningún concepto supone matar a un ser humano (pues el embrión no lo es) y la mujer debe tener pleno dominio de su propio cuerpo.

TEXTO EN CONTRA DEL ABORTO

En España, la última cifra publicada por el Ministerio de Sanidad situaba en 93.131 los abortos efectuados durante 2016. En nuestro país, la ley del aborto  de 2010 permite a cualquier mujer mayor de edad la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana decimocuarta de gestación.

En mi opinión, el aborto debería ser ilegalizado debido a una razón fundamental y es que supone un asesinato, ya que consiste en arrebatar la vida a un ser humano inocente. 

Desde el momento en que se produce la concepción, con la fecundación del óvulo por parte del espermatozoide, ya se da la vida humana y solo por medio de una agresión externa o complicaciones naturales esa vida humana no se convertirá en un ser nacido. Se trata por tanto de un ser humano todavía no nacido, pero ya vivo porque la propia comunidad científica reconoce que ya hay una vida humana. La vida no es una sucesión mecánica de etapas, sino un desarrollo que tiene un comienzo en la concepción y un final con la muerte. Se trata además de la muerte de un ser inocente y totalmente vulnerable, porque no lo defiende ni su propia madre.

El aborto no se puede plantear nunca como un derecho tal y como plantean las asociaciones proabortistas, pues supone un atentado de unas personas contra un ser humano que está imposibilitado para su defensa.

Por ello, el aborto es un asesinato, porque en el fondo, consiste en segar una vida que ya está en curso y por esta razón estoy en contra de su legalización.