Entre 1940 y la actualidad transcurre casi un siglo entero en el que se han sucedido diferentes épocas históricas con sus correspondientes tendencias teatrales. Entre ellas destacaremos las siguientes:

  1. El teatro de humor es la corriente más importante del teatro de posguerra. Los años que siguen a la Guerra civil española (1936-39) están marcados por el hambre, la represión política y el aislamiento internacional. El teatro se vio afectado por la censura y sirvió como medio para evadirse de los problemas políticos y sociales. Sus autores más destacados fueron:
    a. Enrique Jardiel Poncela, cuyo teatro presenta personajes de la época enfrentados a situaciones disparatadas que lo acercan al teatro del absurdo. Entre sus obras destacamos Eloísa está debajo de un almendro (1940).
    b. Miguel Mihura, cuyo humor también deriva de situaciones absurdas y de diálogos ilógicos. Entre sus obras podemos destacar Tres sombreros de copa (1952) y Maribel y la extraña familia (1959).
  2. El teatro realista. En los años 50 aparece un teatro social que pretende reflexionar sobre los problemas de España y la situación de las capas más humildes de la sociedad.
    a. Buero Vallejo pretende influir con sus obras en la actitud de los espectadores ante su propia existencia desarrollando situaciones que acaban de forma dramática debido a la actitud pasiva o incorrecta que mantienen los personajes. Es el caso de obras como Historia de una escalera (1949) o El tragaluz (1967). Otras obras suyas tratan el tema de España, la libertad política y la justicia y la dictadura.
    b. Otros autores de representativos de este teatro fueron Alfonso Sastre, con su obra La taberna fantástica (1966) o Martín Recuerda con Las salvajes en Puente San Gil (1960).
    c. Tras la muerte de Franco triunfa un teatro neorrealista, que refleja de forma crítica los problemas presentes y pasados de España, mezclando elementos nostálgicos con otros cómicos o poéticos . Entre estas obras podemos destacar Bajarse al moro (1985) de Alonso de Santos, Las bicicletas son para el verano (1977) de Fernán Gómez o Ay, Carmela (1987) de Sanchis Sinisterra.
  3. El teatro vanguardista:
    a. En los años sesenta y setenta se asimilan corrientes experimentales del teatro extranjero como el “teatro de la crueldad” de Artaud o el teatro del absurdo de Ionesco o Beckett. Surge así una nueva vanguardia teatral. Su audacia formal los alejó del público mayoritario y les impidió estrenar durante el franquismo. Podemos mencionar en esta línea a Fernando Arrabal, con Pic-nic (1952) o a Francisco Nieva con Pelo de Tormenta (1973).
    b. También podemos incluir aquí a los grupos independientes de actores que se asociaban para crear sus propias compañías a partir de los años setenta. Unieron las tendencias vanguardistas y las populares representando un repertorio creado por ellos mismos para representarlo en pequeñas salas o en la propia calle. Entre estos grupos podemos destacar Els Joglars, Els Comediants o La fura dels baus.