La Guerra Civil española finalizó en 1939, comenzando una dictadura militar que duró hasta la muerte del general Franco en 1975, lo que supuso la censura, el exilio por razones políticas de muchos autores y la ruptura del normal ciclo cultural. En el período que va desde el final de la guerra hasta los años setenta se sucedieron en España numerosas tendencias novelísticas entre las que destacaremos las siguientes:

A. La novela existencial-tremendista:
Durante la posguerra y en un clima de gran depresión económica y fuerte represión política, destaca una tendencia novelística cuya temática se centra en la angustia existencial y la desorientación vital. Entre estas novelas podemos destacar Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal, 1944) o La sombra del ciprés es alargada (1947) de Miguel Delibes.
También se dio un movimiento que se llamó tremendismo, pues sus novelas reflejaban los aspectos más desagradables de la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la violencia y la condición humana. La novela más representativa del tremendismo fue escrita por el premio Nobel, Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte (1942)


B. La novela social.
Durante los años cincuenta, España salió del aislamiento internacional apoyada por EEUU. Además, se produjo un cierto crecimiento económico e industrial y se dio una tímida reorganización de las fuerzas de oposición al régimen, lo que tuvo como consecuencia el surgimiento de la novela social.
Las novelas se centraron en la crítica a la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, la explotación del proletariado o la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, pues se pretende llegar a un amplio público para concienciarles políticamente.
Para muchos, La colmena de Cela, publicada en 1951, es el precedente de la novela social. En ella aparece reflejada la sociedad de la inmediata posguerra. Pero las obras y autores más significativos de este periodo son El Jarama, (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio y Los bravos (1954) de Jesús Fernández Santos.


C. La novela experimental
Con el Plan de Estabilización de 1959 y las divisas que envían a España muchos españoles que emigran por toda Europa, se produce en la década de los sesenta un gran crecimiento económico que da lugar al surgimiento de la clase media.
Las novelas (influidas por autores como Joyce, Proust o Faulkner) pasan a ser más complejas y experimentales, dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta. Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue analizar la condición humana con la introducción de elementos experimentales, como el monólogo interior, los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento o la supresión de los signos de puntuación. Las dos novelas más significativas de las nuevas tendencias son Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo.