Este tema es polémico, pero no lo vamos a esquivar. 

Hoy es doce de octubre y es por ello el día en que conmemoramos el Descubrimiento de América y su posterior conquista y colonización. En los últimos años, surgen voces en contra de celebrar este día y relacionan la efeméride con un supuesto genocidio realizado por los españoles. Resulta grotesco que sean precisamente los anglosajones blancos de Estados Unidos o Inglaterra quienes acusen al Imperio español de un genocidio cuando en el país norteamericano los indios fueron masacrados completamente y los escasos supervivientes fueron obligados a vivir en reservas.

Muchos antes que yo y muchos después han demostrado y demostrarán que tal genocidio no existió y que no es sensato aplicar al año 1492 los mismos criterios morales que operan hoy día. Lo más que podemos hacer es realizar un análisis comparativo acerca del comportamiento de diferentes naciones en ese momento y en circunstancias similares. Nada es perfecto y en la historia de todos los países podemos encontrar sombras y luces. La cuestión es por qué siempre se enaltecen las sombras hispanas y no las de los demás. 

El Barrio, Nueva York 6 enero 2019

Es por ello que en esta entrada solo quiero marcar una serie de ideas de forma muy gráfica que plasmen, grosso modo, nuestras ideas sobre el particular.

  1. El resultado del Descubrimiento de América fue la creación desde su propio inicio de un espacio social, económico y cultural caracterizado por su mestizaje. Más del 80% de la población hispano americana es mestiza. Sin ese mestizaje no existiría la obra de sor Juana Inés de la Cruz, el inca Garcilaso, Gabriela Mistral, Vargas Llosa, Márquez, Borges, Cortázar y un etcétera casi infinito. Tampoco existirían la rumba, el merengue, la marimba, la cumbia, la bachata, la guaracha, el son o el danzón.  
  2. El Imperio español dio un marco de estabilidad económico, social y cultural que desarrolló las sociedades americanas a un nivel muy superior al alcanzado por el resto de los países europeos en sus respectivas colonias. El Imperio creó hospitales, universidades y catedrales como en cualquier otro territorio español y nunca trató América como una colonia extractiva, sino como una parte más de su territorio imperial. España no tuvo colonias sino un Imperio.
  3. En Estados Unidos o en los territorios donde construyeron colonias Francia, Inglaterra, Holanda, Bélgica o Alemania nada de esto se produjo. Ni hubo mestizaje, ni hospitales, ni universidades. Hubo extracción de materias primas y aislamiento o apartheid entre europeos y nativos. Su crítica de la historia de España es el chivo expiatorio que les sirve para distraer la atención sobre sus propias responsabilidades históricas. ¿No es significativo que se derriben estatuas de Colón y mientras tanto no se cuestione la desaparición de todas las tribus indias que convivieron en el antiguo territorio mexicano bajo el dominio español?
  4. Algunos que hoy derriban estatuas de Isabel I o de Colón son sus herederos, lo quieran o no. Ningún hispano puede sustraerse a su origen español, que está presente en su lengua, su comida, su música, su literatura o sus costumbres. Cuando están derribando esas estatuas están quedándose huérfanos culturalmente y, por ello, a merced de otras culturas. 
  5. El mundo americano precolombino no era ese paraíso idealizado que muchos ahora quieren contarnos, sino un mundo de barbarie donde existía el asesinato ritual y el canibalismo. Los españoles triunfaron precisamente pese a su inferioridad numérica por las luchas internas que entre las sociedades indígenas había.  
  6. Una gran parte de los dirigentes políticos que hoy piden a España disculpas por la conquista son los descendientes y herederos de los españoles que dominan sus respectivos países desde sus respectivas independencias y, por ello, los responsables directos de que, en los últimos doscientos años, la población india que dicen defender no hayan progresado tanto como ellos dicen desear. La España actual (que no el Imperio) es el chivo expiatorio que les sirve para distraer la atención sobre sus propias responsabilidades históricas.
  7. La unión hace la fuerza y la división crea la debilidad. Muy probablemente, si la unidad se hubiera preservado, sus sociedades habrían ido mejor y ellos podrían haberse enfrentado con mayor solidez al coloso estadounidense, que es el resultado de la unión de grandes territorios y no de la disgregación de lo que era grande en Estados más pequeños. 
El Barrio, Nueva York 6 enero 2019